Claudio da Passano Gallo, nacido en Buenos Aires en el año 1957 falleció en las últimas horas, confirmó la Asociación Argentina de Actores a través de un comunicado emitido la mañana de este miércoles. El último trabajo en la pantalla grande fue en Argentina, 1985 en el que encarnaba el papel de Carlos Somigliana. Además en la pantalla chica es reconocido por sus actuaciones en Chiquititas, El Tigre Verón y Poliladron, entre otros tantos.
Actor argentino de cine, teatro y televisión. Era hijo de los actores María Rosa Gallo y Camilo da Passano, y hermano de la actriz Alejandra da Passano.
Hizo su debut teatral en 1983, y desarrolló una extensa carrera en ese ámbito, tanto en producciones independientes como del circuito comercial. Fue fundador e integrante del grupo de teatro independiente La Banda de la Risa, con el que realizó varias presentaciones en el país y en el exterior. Con la obra I pagliacci ganaron el premio ACE al mejor espectáculo de humor.
En 2019 obtuvo un premio ACE por su brillante actuación en Hamlet, en el papel de Polonio.
En 2021 la Fundación Konex hereda la premiación de su madre en las ediciones 1981 y 1991, otorgándole en dicha edición el “brillante” en la disciplina Actor de Teatro por el período 2011-2020.
Respecto de la película nominada al Oscar, en declaraciones a El 1 Digital había asegurado que ”fue una filmación extraña en muchos sentidos, porque estábamos en pandemia, se trataba de una de las primeras películas que se llevaban a cabo durante esa época y había que controlarse clínicamente, por eso tuvimos muchos cuidados y fue complicado porque no se sabía cómo abordar algunas tomas. Algunos actores y técnicos se enfermaron y, como consecuencia, había que reemplazarlos. También, muchos de los interpretes de mi generación estamos atravesados por los hechos ocurridos durante la dictadura. Recuerdo que el Juicio a las Juntas fue una situación tensa porque, a pesar de que los militares no estaban en el poder, no eran débiles, por lo cual era una amenaza constante. Filmar con toda esa carga emocional era complicado para nosotros; si no, sería algo pedagógico o didáctico, y la idea no era esa”.
Respecto de la forma en que había encarado la personificación de Somigliana aclaró que “los actores, cuando tenemos que hacer un personaje histórico, siempre tenemos dos opciones posibles: la primera es nutrirnos de información para trabajar sobre cierto piso de realidad; la segunda es actuar desde lo que el texto y las situaciones nos dicen. En mi caso, podía acceder a muchas fuentes directas, pero elegí ir al set y tratar de entender lo mejor posible el libreto y no copiar o basarme en alguien que no frecuenté. Hay que cuidar que sea verídico y creíble. Me pareció más genuino estar despojado de información respecto a Carlos (Somigliana). Por otro lado, conocía sus obras. Más tarde, me enteré de que era amigo de Strassera y trabajaba como empleado judicial”.