El lunes pasado, los 8 rugbiers fueron sentenciados por el asesinato a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel.
Según reconstruyó Noticias Argentinas, uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.
Los más afectados serían Thomsen y Comelli. Ambos habrían requerido asistencia psicológica en varias oportunidades. Incluso, habrían pedido que se les otorguen biblias y la presencia de un pastor evangélico.