El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, ha decidido hoy denegar la excarcelación de la azafata Daniela Carbone, en relación al caso de la amenaza de bomba realizada en el Aeropuerto de Ezeiza el pasado 21 de mayo, en un vuelo con destino a Miami.
La fiscalía a cargo de Sergio Mola se pronunció a favor de la prisión domiciliaria, pero para ello ordenó previamente un estudio socioambiental. Por el momento, el juez ha determinado que Carbone continúe bajo prisión, aunque se ha dispuesto la realización de un incidente de prisión domiciliaria.
La azafata Carbone ha sido imputada por coacción, intimidación pública y la interrupción de servicios públicos. La fiscalía considera probado que ella intentó borrar de forma remota el contenido de sus teléfonos, desde los cuales realizó la amenaza.
Los dispositivos fueron confiscados antes de un viaje que Carbone realizó a Miami como azafata de una aerolínea. Fue detenida a su regreso y, durante ese intervalo, intentó eliminar las pruebas que demostraban su autoría en los hechos.
Sin embargo, la decisión final recae en el juez Villena, quien puede o no estar de acuerdo con el criterio planteado por la fiscalía.
Según los investigadores, la historia es sencilla y no está relacionada con la política como se menciona. Carbone intentó confundir. En el avión en cuestión, había un auxiliar de cabina con quien Carbone había tenido una relación sentimental dos meses antes. Ese vuelo no solo era por motivos laborales, sino que el hombre iba a embarcar junto a su nueva pareja.
Después de confirmar que no había explosivos a bordo del avión, el juez Villena y el fiscal Sergio Mola comenzaron a investigar junto con el personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Tras varios análisis del audio enviado a través de la web The Voice Changer a sus compañeros, se pudo determinar que la voz distorsionada pertenecía a Carbone, comisario de a bordo.
El mensaje de voz fue enviado desde un celular prepago registrado a nombre de la hija mayor de edad de la azafata. A pesar de que todas las pericias indicaban que ella había realizado la amenaza, se obtuvo más información durante un allanamiento.
En el domicilio de Daniela Carbone se incautaron un iPhone 13 Pro y otro 12 Pro que habían sido utilizados con la línea identificada desde donde se emitieron las amenazas.
En uno de los dispositivos, se encontraron diversas búsquedas en Safari realizadas el domingo 21 de mayo: “Cómo investigar un audio”, “¿Se puede analizar un audio para saber de quién es la voz?”, “Activar reconocimiento de voz”, “Aerolíneas Argentinas” y “SAME Provincia”.
Según sus compañeros, Carbone había quedado muy afectada por la separación, y este desenlace sería el punto de partida para poner fin a una trama que generó miedo, incertidumbre y pérdidas económicas.