El pasado 21 de enero Ellen Gilland visitó como todos los días a su esposo Jerry Gilland quien se encontraba internado en el hospital de Daytona Beach, Estados Unidos. Todo transcurría con normalidad hasta que a las 11:30 a.m. unos disparos rompieron con la monotonía de la clínica.
El sonido de los impactos de bala venían de la habitación del señor Gilland. El personal médico pensaba que se trataba de un ataque y llamaron a la policía, pero mientras los minutos pasaban no se volvieron a escuchar más disparos.
Un silencio se apoderó del hospital y pocos segundos después se escuchó cómo alguien cerraba con seguro la habitación de Jerry Gilland. Este paciente estaba en estado terminal y días antes le habían negado la eutanasia.
Cuando la policía llegó, los efectivos se dieron cuenta que Ellen Gilland, de 76 años, seguía dentro de la habitación. Aproximadamente cuatro horas duró la mujer con la puerta cerrada y sin escuchar las peticiones de los oficiales.
Cuando la policía pudo ingresar a la habitación luego de usar una granada aturdidora se dieron cuenta que Jerry había muerto en el acto; además, Ellen estaba en estado de shock, aterrorizada; se negaba a dejar a su esposo y a soltar el arma.
Luego de la investigaciones se pudo conocer que la pareja había planeado el hecho semanas antes. Según Ellen Gilland su esposo Jerry le pidió que lo asesinara en caso de que le negaran la eutanasia. Finalmente eso fue lo que sucedió.
Ellen será acusada por homicidio en primer grado y también por asalto agravado con arma de fuego. Ella había acordado con su esposo que después de dispararle, ella se iba a quitar la vida, pero finalmente no pudo hacerlo.
La defensa Ellen solicitó su libertad por fianza, pero las autoridades se la negaron. En este momento está esperando a que se resuelva su situación.
Fuente: Playgroundweb