El candidato oficialista Santiago Peña se alzó con la victoria en las elecciones presidenciales de Paraguay, celebradas el pasado domingo. Con el 95% de los votos contabilizados, Peña obtuvo un 42,93% de los sufragios, frente al 27,52% obtenido por su oponente, el líder opositor Efraín Alegre.
La oposición perdió terreno con el avance de Paraguayo Cubas, un polémico dirigente de la zona de la Triple Frontera que se declaró anarquista y acumulaba un 22,7% de los votos.
Peña, un economista de 44 años, se enfrentó a Alegre en una competencia que contó con la participación de más de 4,7 millones de paraguayos, quienes estaban habilitados para votar en los 17 departamentos del país. En las ciudades más pobladas del país, incluyendo Asunción, se observaron largas filas de electores, y los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) destacaron la “alta participación continua todo el día”.
La victoria de Peña fue recibida con alegría por sus partidarios, quienes celebraron en las calles. El presidente saliente, Horacio Cartes, felicitó al candidato oficialista por su triunfo y destacó que “los paraguayos han demostrado una vez más su compromiso con la democracia y la participación ciudadana”.
Peña se convierte así en el próximo presidente de Paraguay y tendrá el desafío de enfrentar los desafíos económicos y sociales del país en los próximos años. Su victoria ha sido considerada como un voto de confianza en el gobierno saliente y en su política económica, aunque también se espera que trabaje en la mejora de la situación social del país y en la lucha contra la corrupción.