Un hombre se llevó una sorpresa mientras disfrutaba de un asado con su familia, en en la ciudad de Tolhuin, Tierra del Fuego. Al morder un chorizo, descubrió un objeto inusual que resultó ser nada más y nada menos que una bala.
En una entrevista con la radio local, el protagonista relató que ese día se reunió con sus familiares y al estar saboreando un choripán, sintió un objeto duro que estuvo a punto de dañarle una muela.
Inicialmente, pensó que se trataba de algún material mal procesado, pero nunca imaginó que lo que le causó esa molestia fuera una bala.
“Por suerte no me la tragué”, afirmó el hombre y detalló: “Habíamos comprado unas pata-muslo y un kilo de chorizos en una carnicería de la ciudad. Al servir en la mesa, corté el chorizo. Di la mitad a mi hijo y me quedé con la otra mitad”.
A pesar de notar algo peculiar al cortar el chorizo, nunca se imaginó que se trataría de una bala: “Vi ese fragmento de bronce con plomo y pensé que podía ser algo de la máquina, pero al examinarlo detenidamente, me di cuenta de que era un proyectil”.
“Me llevé un gran susto, especialmente por los niños, pero gracias a Dios no les pasó nada. Por precaución, decidí desechar todos los chorizos”, expresó.
El hombre adquirió los productos en una carnicería llamada “Pastoriza” y, tras el incidente, presentó una denuncia ante la Dirección de Bromatología del municipio.
“Proporcionamos nuestros datos, así que esperamos que este problema se resuelva para evitar que le suceda a alguien más. Afortunadamente, estuve alerta y masticé sin tragar, pero casi me dañó una muela también”, concluyó.