Al menos 300 personas fueron detenidas en Brasilia luego de los graves incidentes en los que manifestantes bolsonaristas asaltaron los edificios de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para exigir que las fuerzas armadas derroquen al presidente Luiz Inacio Lula Da Silva.
Los arrestados, según podrían enfrentar graves cargos teniendo en cuenta que en los edificios se llevaron a cabo importantes destrozos de mobiliario y otros elementos, como obras de arte, que en muchos casos cuentan con un importante valor histórico.
El número de detenidos podría crecer, ya que luego que las fuerzas de seguridad lograran desalojar de manifestantes los edificios de los principales poderes federales, varios de los activistas continuaban por la noche atacando ministerios y otros edificios públicos, indicaron medios locales.
Los enfrentamientos entre fuerzas federales y activistas también se prolongaban por la noche en inmediaciones del Planalto, el palacio presidencial brasileño.
En tanto, se hablaba en medios locales que se habrían utilizado unos 150 micros para trasladar miles de manifestantes a la capital brasileña, cuarenta de los cuales fueron secuestrados.
Los hechos
Centenares de seguidores radicalizados del expresidente Jair Bolsonaro invadieron este domingo los edificios del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil para exigir un golpe militar que derroque al actual mandatario, que acaba de iniciar su tercer período al frente del Ejecutivo, Luis Inácio “Lula” da Silva.
Los militantes ultraderechistas llegaron a los edificios situados en Brasilia desde el Cuartel General del Ejército de Brasil, donde acampaban desde que Bolsonaro perdió las elecciones dos meses atrás, con el fin de exigir una intervención militar que impida la presidencia de Lula.
Los bolsonaristas sortearon en primer lugar las barreras policiales para asaltar las sedes del legislativo y del Poder Judicial, mientras que después asaltaron la presidencia.
El asalto a la capital política brasileña rememora el llevado a cabo por militantes del ex presidente de los Estados Unidos Donald Trump, llevado a cabo dos años atrás, cuando perdió las elecciones a manos del actual mandatario demócrata Joe Biden.
Lula Da Silva se encontraba de viaje en la zona de Sao Paulo, afectada por intensas lluvias, mientras que el Congreso no estará en actividad hasta el próximo mes.
Si bien se había montado un importante cordón de seguridad en torno a los edificios principales de los poderes constitucionales brasileños, los simpatizantes radicalizados lograron quebrar el cerco e ingresar a los predios, indicaba el portal del diario español El País.
Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, encargada de brindar seguridad al Congreso.
Además, destruyeron barreras de protección y, armados con palos, se enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los bolsonaristas.
La policía utilizó gas lacrimógeno para intentar dispersar a los militantes radicalizados, pero por el momento no habían tenido éxito.