La periodista Griselda Blanco fue encontrada sin vida en su domicilio de la ciudad correntina de Curuzú Cuatiá, víctima de golpes y estrangulamiento. El hecho ocurrió el sábado pasado en su residencia ubicada en la calle Pujol. Fuentes policiales y medios locales confirmaron el trágico suceso.
Las investigaciones indican que Griselda, de 45 años, habría sido estrangulada con una soga y presentaba golpes en el rostro. En el lugar se encontraron indicios de lucha, como pelos en las manos de la víctima, así como rastros de sangre en el piso de su departamento.
El principal sospechoso del crimen es Armando Jara, quien habría mantenido una relación de pareja con Griselda en el pasado. Las cámaras de seguridad registraron su presencia en la escena del crimen, lo que llevó a su detención.
Mientras la familia de Griselda Blanco plantea sospechas sobre posibles motivos relacionados con su actividad laboral, ya que la periodista había recibido amenazas, la Policía Federal ha intervenido en el caso a solicitud de la fiscal María José Barrero Sahagún.
Los allegados a la víctima expresaron su convicción de que Griselda fue asesinada por decir «verdades que nadie se animaba a decir» y que su voz era incómoda para ciertos sectores. En un mensaje publicado en Facebook, uno de los hijos de la periodista pidió justicia por su madre y afirmó que todo saldrá a la luz.
Griselda Blanco se destacaba en la radio local, donde realizaba investigaciones periodísticas sobre temas relevantes de la ciudad. Una de sus últimas notas estaba relacionada con un presunto caso de mala praxis en el Hospital Civil Fernando Irastorza de Curuzú Cuatiá, lo que genera especulaciones sobre si su trabajo pudo estar relacionado con su trágico final.