En el primer trimestre de 2023, las ventas de vinos en hipermercados, supermercados y autoservicios en Argentina sufrieron una caída del 18,6% en comparación con el mismo período del año anterior. Este dato preocupa al sector vitivinícola del país, que está considerando lanzar vinos sin alcohol para unirse a una tendencia que ha tenido éxito en otros lugares.
A diferencia de la cerveza argentina, que ya tiene su versión sin alcohol, hasta ahora no existen vinos sin alcohol en el mercado local, aunque se está evaluando su introducción. Actualmente, hay vinos argentinos de baja graduación alcohólica, pero la posibilidad de vinos totalmente libres de alcohol está siendo estudiada.
El vino sin alcohol de producción nacional está en proceso de prueba en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Esta iniciativa busca sumarse a la tendencia de productos sin alcohol, como la cerveza y la sidra sin alcohol, que han tenido una buena aceptación en el mercado.
Luis Sentinelli, director de estadísticas públicas y relaciones institucionales del INV, explicó que para considerar que una bebida es un vino, debe tener más de 5 grados de alcohol. Sin embargo, se están investigando métodos de desalcoholización que permitirían la producción de vinos con menor graduación alcohólica, utilizando equipos modernos y procesos de baja temperatura y presión para preservar el sabor y aroma.
En España, Australia, Chile y Alemania, entre otros países, se está avanzando con el sistema de desalcoholización conocido como CCR. En Argentina, también se está investigando la viabilidad de este proceso. El INV ha estado realizando investigaciones y ensayos durante el último año y medio.
Ante el crecimiento en la demanda de bebidas sin alcohol, la industria vitivinícola busca la aprobación para producir vinos sin contenido alcohólico. Se estima que estos vinos podrían llegar a un mercado compuesto por 2.500 millones de consumidores en todo el mundo.
En Argentina, los vinos tradicionales tienen una graduación alcohólica de entre 10 y 14 grados. Actualmente, se comercializa el jugo de uva en botellas de vidrio que se asemejan a las de vino, y se presenta como un “simil vino dulce sin alcohol”. Los vinos con baja graduación alcohólica en el mercado local promedian los 8,5 grados.
El avance del vino sin alcohol responde a una demanda creciente por parte de consumidores que buscan opciones más saludables, como aquellos que buscan cuidar su figura, mujeres embarazadas, personas religiosas y otros segmentos. En España, incluso existe una tienda en línea dedicada exclusivamente a la venta de vinos sin alcohol.
Fuente: BAE negocios.