Un hombre, un venezolano de 33 años, que reside desde hace cinco años en Ramos Mejía visitó una farmacia para darle un medicamento para combatir la fiebre a su hijo, sin embargo, le entregaron unos comprimidos para la disfunción eréctil.
El hombre decidió llevarlo a un centro asistencial luego de que el pequeño empezara con vómitos y con un desmejoramiento general de su cuadro. El niño quedó en observación en un centro de salud de la zona y luego recibió el alta. El hombre recriminó a la empleada y radicó una denuncia en la Comisaría 2° de Ramos Mejía.
El papá del nene, según contó, se presentó en la farmacia el lunes y pidió ibuprofeno en comprimidos masticables.
La empleada dijo que pensó que el hombre le había pedido “en clave” el medicamento para la disfunción eréctil ya que muchas veces por vergüenza, los clientes lo piden así. “No me dijiste que querías un remedio para niños”, le dijeron en la farmacia.