Escrito por Francisco Panero para La Voz
Mientras pesaban sobre él fuertes sospechas de haber instalado en baños de mujeres de los Tribunales de Río Segundo y de Jesús María dispositivos para captar imágenes, el pasado miércoles presentó su renuncia el asesor letrado itinerante Ginés Martín Jodar.
Acorralado por la investigación que le había iniciado el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) a través de su Oficina de Sumarios Administrativos y con numerosos elementos secuestrados de esas sedes judiciales y de los despachos donde se desempeñaba, el asesor letrado (defensor oficial) presentó su dimisión. De este modo, el TSJ dio por finalizada la pesquisa en su contra.
Hace unos años, hubo un ayudante fiscal que maltrataba a sus empleadas con dichos o conductas denigrantes y un secretario que filmaba a mujeres debajo de sus polleras. Ambos terminaron investigados y echados del Poder Judicial.
Ahora, se reunieron numerosos indicios de que otro dependiente instalaba cámaras en los baños de mujeres para tomar imágenes en su intimidad. En varias oportunidades, había sido visto en el interior de los baños o antebaños de ambas sedes, sin que pudiera explicar el porqué de su presencia. Personal de limpieza (mujeres) lo habían sorprendido y él no supo justificar qué hacía “agazapado” debajo de un lavabo.
Cuando la dependiente del servicio privado de higiene revisó, comprobó que debajo de la mesada había una suerte de “cuerina” doblada que estaba adherida a esa superficie y con un pequeño orificio de alrededor de un centímetro de diámetro.
Como luego se verificó, en otros baños había “dispositivos” similares instalados, en su mayoría medias (zoquetes) anudadas al caño de descarga del lavatorio o al caño de ingreso del bidé. Lo común a todos esos dispositivos era el agujero que apuntaba en dirección al inodoro. La Voz accedió a una de las fotos que manejaban las víctimas.
Varios baños de mujeres contenían esas “medias” con un huequito, aunque en ningún caso se halló nada más en su interior.
Paralelamente, se comentaba que la llave de uno de esos baños había desaparecido y que a Jodar se lo encontraba habitualmente en torno de esos sanitarios o en su interior.
Al tomar contacto con esa novedad, la jueza de Río Segundo a cargo de la Superintendencia se comunicó el 14 de marzo con el administrador general del Poder Judicial, Luis María Sosa Lanza Castelli, quien tomó nota y transmitió lo relatado a la vocal del TSJ Aída Tarditti.
Esta jueza, a cargo de la Oficina de Sumarios Administrativos, dio instrucciones al titular de este organismo, Tristán Mauricio Quiles Buteler, quien de inmediato se ocupó del caso y se trasladó a la sede donde se denunciaban las irregularidades. Ese mismo día, el instructor de investigaciones administrativas constató las irregularidades que se venían refiriendo. Al día siguiente, se ejecutaron allanamientos y, si bien ya no se hallaron muchos de los dispositivos, sí pudieron hacerse de al menos uno y se secuestró la computadora del despacho de Jodar, como así también su teléfono celular.
El pasado miércoles, acompañado de su abogado,Alejandro Pérez Moreno, Jodar se presentó en Tribunales 1 y ante el TSJ presentó su renuncia por razones personales.
Ese solo acto clausuró la investigación administrativa interna por no ser más dependiente del Poder Judicial. Desde la cúpula de la Justicia, se indicó que ya no era posible seguir evaluando el desempeño de Jodar porque ya no es dependiente.
También se sostuvo desde esas altas esferas que, de concretarse las presunciones sobre toma de imágenes a través de cámaras disimuladas dentro de los baños, eso no constituye delito porque no está tipificado en nuestro Código Penal. Sólo es delito si las víctimas son menores de edad.
También las fuentes judiciales indicaron que toda la prueba que secuestraron los gabinetes técnicos de la Policía Judicial quedó “resguardada” ante cualquier eventualidad. Entre el material que trascendió que se había incautado, además de los dispositivos electrónicos, hay medias con la perforación, una llave de uno de los baños de mujeres y otros elementos que comprometerían a Jodar. Además, los testimonios son unívocos y coincidentes con las sospechas.